La economía está en continuo movimiento desde que la civilización inició sus primeros trueques. Desde entonces y hasta nuestros días, constantemente surgen nuevos productos y servicios, cuyos precios van variando de un periodo a otro. Estos bienes se pueden adquirir gracias a las monedas oficiales de las distintas naciones o entidades supranacionales, por ejemplo, el euro en la Unión Europea.
En este sentido, todos los países tienen distintos parámetros con los que analizar la evolución de su economía y los fenómenos que ocurren en ella. Uno de los más habituales es la inflación, es decir, el incremento generalizado de precios que origina una disminución del poder adquisitivo de las personas mermando su capacidad de compra y ahorro.
Para medirla, cada país dispone de métricas específicas. Por ejemplo, en España se calcula a través del Índice de Precios al Consumo (IPC), donde se refleja la evolución de los precios de los productos y servicios más representativos consumidos en las unidades familiares del país. Aquí tendríamos aquellos que gastamos a diario, por ejemplo, los alimentos; los que tienen un consumo prolongado, como un electrodoméstico o la ropa; y aquellos servicios a los que recurrimos en diferentes situaciones como es el caso de un seguro de hogar. También está el Índice de Precios al Consumo Armonizado (IPCA), que permitirá realizar una comparativa con el resto de países de la Unión Europea, al ser una metodología homogeneizada mediante los criterios del Banco Central Europeo.
Si este índice sube de forma persistente, los ciudadanos ahorrarán menos y también podrán adquirir menos bienes y servicios por el mismo dinero, lo que conlleva que la moneda tenga una pérdida de valor y se cree incertidumbre en torno a ella: estamos ante un aumento de la inflación.
Por ello el dinero debemos tenerlo siempre en movimiento ya que el dinero debajo del colchón como se suele decir, poco a poco cada vez su valor es menor, se va pudriendo y por lo cual la mejor opción es tenerlo puesto en algún objeto/activo que a la hora de que estos vayan subiendo de valor nuestro dinero vaya creciendo con el, en invesproperty podemos hacer que tu pongas el 20% de un activo, obtener el otro 80% atreves de financiación y que ese activo te este dando entre un 5% a un 10% de rentabilidad del total de la cuantía, a esto habría que sumarle el aumento del valor de este activo según van pasando los anos, aquí esta la desventaja de los intereses que tienes que ir pagando por el préstamo solicitado pero aun así después de pagar cuota de préstamo y gastos mensuales te quedara una cuantía que iría a tu bolsillo todos los meses aparte de la revalorización del activo, aquí esta lo bonito de invertir en vienes inmuebles, vas a estar recibiendo una rentabilidad del dinero que has puesto y aun asi seguirás teniendo ese activo en tu poder para cuando quieras venderlo y volver a convertirlo en dinero pero esta vez por un valor mayor al que lo compraste por que esta vez la inflación también te habrá afectado pero esta vez en positivo!!
También lo podemos hacer sin financiación, esta modalidad tiene grandes ventajas ya que nos quitamos los intereses de ese préstamo y a los vendedores les suele gustar bastante si el posible comprador tiene el capital por que agiliza mucho la compra y suelen ser bastante mas flexibles en el precio por lo que nuestro porcentaje de retorno mensual será mayor